
"La Escuela" es un fenómeno común en juegos sueltos de Texas Hold'em. Cuando varios jugadores juegan mal al colocar apuestas con manos débiles, como pares de bajo valor o color con poca posibilidad de completarse, estos jugadores se protegen parcialmente uno del otro al hacer el "precio" de cada una de sus apuestas mejores.
Si solo un jugador llama con una mano débil, eso es usualmente un error significativo, pero si varios jugadores cometen el mismo error, ahora el pote es lo suficientemente grande como para que estas llamadas sean beneficiosas, o al menos mucho menos malas.
No hay un fenómeno parecido en el Omaha – lo opuesto más bien. En Omaha, "la escuela" beneficia a los favoritos, no a los segundos. Este fenómeno invertido es lo que normalmente hace al Omaha rentable sin mayor esfuerzo. Jugadores con cuatro salidas o menos llaman apuestas de jugadores con veinte salidas. A pesar de la definitiva rentabilidad invertida en "la Escuela" en Omaha, los jugadores que no tienen un buen desempeño en el juego crean esta situación todo el tiempo. Ven un gran pote y llaman apuestas con la esperanza de tener algo de suerte, a pesar que puedan estar cavando su tumba en el juego.
Suponga que con el flop obtiene una jugada de lujo de tres reyes contra siete oponentes. Los verdaderos enemigos de su KKK (o cualquier otra mano fuerte en Omaha) serán los primeros dos que llamen una apuesta (esto significa los dos oponentes con la mayor cantidad de salidas). En un flop de KeQd7t por ejemplo, podríamos temerle a AJ10x directos. Eso es la primera llamada de dos. Luego tenemos las cartas sacadas directamente y abiertas. Somos los favoritos sobre ellas (y todo el resto de cartas sacadas). Luego se encuentran las cartas sacadas inesperadamente del mismo color. Luego nos preocupamos de las cartas inesperadas en escalera que estén alrededor del siete. Naturalmente, muchas de esas opciones de muy poca probabilidad se sobreponen una a otra. Por ejemplo, si un As de espadas sacada nos llama, ciertamente amaríamos el cinco de espadas sacado y llamado, lo que mataría la jugada. Si, pueden ganar en algunas oportunidades, ¡Pero amamos a aquellos que llaman una sexta, sétima y octava vez!
Con la jugada KKK, si asumimos que no ganaremos a menos que nos llenemos, y no nos llenamos en el turno, tendremos diez de las posibles cuarenta y cuatro cartas, significando que nos llenaremos el 23% de las veces. Aún si perdemos contra cuatros un 3% de eso, eso es aún un porcentaje de ganancia de un uno sobre cinco como una parte del todo mientras que obtenemos acción de seis, siete u ocho maneras diferentes. Adicionalmente, nosotros tendremos también nuestras propias cartas sacadas. Si tenemos dos sacadas de Rey y altas, esto destruirá aún más el poco poder que la sexta, sétima y octava llamada tendrá, y sus llamadas de respaldo solo contribuirán a aportar dinero muerto en el aspecto de sus manos.
Así que, construir un pote con un alza antes de que se de el flop en Omaha no beneficia a los oponentes de la escuela, beneficia a aquellos que tengan buenas manos. La característica de este fenómeno muestra entonces otra diferencia clave entre el Omaha y el Texas Hold'em.
En juegos sueltos de Hold'em, hay muchas manos rentables que pueden añadir a su arsenal, sobretodo manos que cuenten con Ases y conectores de color. Esto no es cierto en Omaha. Una vez más, la diferencia en el valor de las manos multivía en Omaha es mucho más dramática que en el Hold'em. La mayoría de las manos simplemente no son utilizables (fuera de las apuestas ciegas). Si usted tiene el botón y todos entran al ruedo, 3456 sigue siendo una mala mano. No importa si tiene tres oponentes o siete, esa mano es inútil. Puede jugar una pequeña cantidad de manos adicionales, pero para la mayor parte, no importa que tan sueltas o débiles sean las manos de sus oponentes, no puede agregar muchas más manos utilizables a su repertorio.
La opción para "soltarse" en semejante juego es el querer jugar subiendo en la mayoría de manos que juega. En juegos ajustados, llamar cuando alguien entra frente a uno es normalmente la jugada correcta. En un juego suelto, subir la apuesta es normalmente la jugada correcta ya que está jugando una mano con lo mejor que tiene. Usted quiere dinero muerto en el pote, ¡Y quiere manos muertas persiguiéndolo! Y lo estarán.
Este artículo es una contribución de Paradise Poker